La poliurea consiste en una membrana de impermeabilización, que se forma con la mezcla de dos componentes en una máquina dosificadora.
El poliuretano, por su parte, consiste en una membrana con forma de lámina que contará con varias capas. Esto implica que hay que aplicar una capa, esperar varias horas a su secado y proceder con la siguiente capa.
Esta es una diferencia clave entre ambos productos. La poliurea proyectada consigue un secado efectivo en apenas 5 o 10 segundos. Por tanto, representa un servicio de resultados considerablemente más rápidos que el poliuretano.
La poliurea también ofrece mejores propiedades de resistencia que el poliuretano. De hecho, es capaz de resistir productos abrasivos, químicos, el calor extremo, el fuego y fuertes impactos.
Esto también le confiere normalmente mayor durabilidad. Un trabajo profesional de poliurea puede mantenerse durante 25 años (según criterios de la Evaluación Técnica Europea), lo que implica además que es una inversión rentable que vale la pena.
Ahora bien, la poliurea proyectada requiere de un equipo especial para su correcta proyección y de profesionales con experiencia en este servicio. Esto hace aconsejable siempre contar con empresas de calidad, que cuenten con esta especialización.
¿Cuál elegir entre ambos?
En primer lugar es importante dejar claro que un trabajo de impermeabilización solamente conseguirá los niveles de calidad profesionales, cuando se haga totalmente personalizado. Por eso es necesario un estudio previo de la superficie a impermeabilizar, de las condiciones del entorno, su exposición a la intemperie y a otros productos, para poder tomar la decisión más adecuada.
A nivel general, la poliurea es perfecta en grandes y medianas superficies, aunque su amplia versatilidad le permite adaptarse casi a cualquier proyecto.
El poliuretano puede ser interesante para proyectos pequeños o para aplicar sobre remates complicados, sin que haya especial urgencia en su aplicación, dado que su secado puede tardar varias horas.
Ventajas y aplicaciones de la poliurea
En muchos casos la poliurea suele presentar más ventajas que el poliuretano y es la opción preferible.
En realidad, uno de los motivos por los que suele ser la elección final es que puede aplicarse a una amplia variedad de superficies, por lo que es válida para muchos proyectos.
Entre las aplicaciones más usuales de este servicio, encontramos las siguientes:
- Canalizaciones.
- Cubiertas.
- Depósitos de agua.
- Estructuras metálicas.
- Maquinaria.
- Pasillos y otros espacios transitables.
- Pavimentos de naves industriales.
- Puentes.
- Tanques de retención.
- Vehículos industriales.
Algunas de sus ventajas ya las hemos visto en el apartado anterior, pero vale la pena identificar otras más, que explican por qué la poliurea es el producto líder actual en impermeabilización:
- Elasticidad: tiene unas altas propiedades de elongación, que le permiten puentear fisuras tanto en altas como en bajas temperaturas. Además, se adapta a distintas geometrías, ofreciendo resultados sin juntas ni solapes.
- Impermeabilidad: consigue una estanqueidad completa hasta en superficies que se mantienen en contacto con humedad o agua.
- Sostenible: es un producto que no daña al medio ambiente e incluso puede estar en contacto con alimentos y agua potable.
- Resistencia: puede aplicarse en superficies donde haya tránsito rodado o paso de peatones.